Dios habita entre su pueblo
Ven a Él

Estudios Bíblicos

 
¿PARA QUÉ FUISTE CREADO?
Digo: ¿Qué es el hombre,
para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
(Salmo 8:4)
Oh JEHOVÁ, ¿qué es el hombre, para que en él pienses,
O el hijo de hombre, para que lo estimes? (Salmo 144:3)
A través de este recorrido hacia el corazón del PADRE estamos aprendiendo que la manera de actuar de DIOS, Sus formas y Sus diseños son diametralmente opuestos a los ofrecidos, aprendidos e impuestos por el mundo: todo el sistema de “valores y principios”, las formas de actuar, de obtener las cosas, de pensar, de concebir la cosmología, el centro de creencias, las definiciones, conceptos, leyes, etc.
Dentro de este orden de ideas podemos decir que tener éxito en DIOS no consiste en obtener muchas cosas, alcanzar el beneplácito o aprobación de la gente, conseguir un gran templo, ser la mejor banda de música, ser líderes, profetas, apóstoles, ó ministros de renombre y mucha unción, tener abundancia, dones, talentos, habilidades, etc... no!. El verdadero éxito en DIOS consiste en hacer lo que DIOS quiere que se haga, en Su tiempo por y con SUS medios para que ÉL sea glorificado en todo.
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. (Mateo 7:21)
El pecado siempre busca y obtiene independizar al hombre de DIOS y de esta manera “hacerlo grande” cuando la realidad es que DIOS es más grande y alto que todos nuestros pensamientos juntos, que todo el universo e incluso ni aún los cielos pueden contenerle a ÉL.
¿Es verdad que DIOS ha de habitar con el hombre en la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte;
¿cuánto menos esta Casa que he edificado?
(2 Crónicas 6:18)
Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
(Isaías 57:15)
Ahora:
En aquel tiempo apartó JEHOVÁ la tribu de Leví para que llevase el arca del pacto de JEHOVÁ, para que estuviese delante de JEHOVÁ para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy,
(Deuteronomio 10:8)
Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él.
Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar,
y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios:
(Marcos 3:13-15)
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;
a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. (Isaías 61:1-3)
1. DIOS nos ha apartado para estar con ÉL y ser portadores de Su Presencia. (Adoración).
2. DIOS nos ha consagrado para estar delante de DIOS para servirle a ÉL. (Adoración).
3. DIOS nos ha separado para bendecir en su nombre (Predicar en primer lugar en este servicio a DIOS en otros).
Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, JEHOVÁ de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Isaías (6:2-3)
La palabra serafín está íntimamente relacionada en el hebreo con la palabra arder (fuego, pasión, etc). La función de los serafines, los cuales están delante de DIOS indica cosas tremendas y poderosas:
- Con 2 alas cubrían sus rostros, con 2 las cubrían sus pies. Los serafines están delante de DIOS, y están adorando continuamente al Señor (ardiendo por SU PRESENCIA). “4 alas”
- Con 2 alas están volando. “2 alas”.
No es interesante y revelacional saber que 2/3 partes de su oficio, (al igual que en Deuteronomio 10:8, Marcos 3 e Isaías 61) está íntimamente ligado con PERMANECER EN y CON DIOS (Adoración) y 1/3 parte con servicio a los demás, empezando con PREDICAR el evangelio.
Es decir, nuestra vida debe estar dedicada a DIOS, nuestra vida debe ser una vida de adoración a DIOS, para eso fuimos creados: para ESTAR CON ÉL, dirigidos hacia ÉL, fuimos creados por DIOS para traerle placer, para Su Gozo, para Su adoración, todo, todo, para Su Gloria!
Adorarlo tiene que ver con honrarlo en todas las actividades que se desempeñen a diario: en el trabajo, en la escuela, en la familia, en el ministerio, en todo, es honrarlo por quién es ÉL: DIOS. Adoración NO tiene que ver sólo con cantar, ni pertenecer a una “iglesia x”, adoración tiene que VER CON ESTAR DELANTE DE ÉL y permanecer EN SU PRESENCIA en SANTIDAD, todo el tiempo (100%).
Por otra parte y en menor proporción está el servicio a DIOS en otros. Darle gloria es el propósito por el cual fuimos creados, por otro lado el desempeño y el hacer cosas para DIOS (Ministerio) está en menor proporción. Este servicio (Ministerio) debe llevarse a cabo en dos frentes: en primer lugar el Ministerio en y a la familia (El Matrimonio es el primer ministerio) y el Ministerio de anunciar y predicar el evangelio (Ministerio de la reconciliación).
Todos Sus Hijos debemos ser entonces Verdaderos Adoradores, la mejor adoración que le podemos dar a Dios es con nuestras actitudes y con nuestro testimonios con hechos, porque eso está incluido en el propósito de nuestra existencia.
Adorar a Dios no es en el ministerio, con tus dones o en el servicio a DIOS en los cultos, ya que mucha gente aparenta adorar a Dios levantando sus manos “santas”, pero en su interior están putrefactos, atestados de pecado, dando pésimo testimonio a los propios hermanos y a los gentiles. Esto no es la verdadera adoración a Dios, es más, ni bíblica es.
No se trata tampoco de hacer muchas cosas para DIOS, ni de hacer Su obra, ni estar día y noche metido en el templo, ni ser pastor (porque sin DIOS es imposible), no se trata de hacer muchos milagros y prodigios como el montón de tele evangelistas y artistas de púlpito lo hacen, ni grandes hazañas, ni tener mucha prosperidad, ni ser notable, ni ser reconocido por la iglesia, o por tus líderes…No! Se trata de ser conocido por el CREADOR!, de que SUS labios pronuncien u nombre, que le traigas placer a Dios por tu santidad y tu obediencia a Su Palabra, siendo una persona íntegra e intachable, con manifestar con tal alegría y gozo la prueba.
Recordemos lo que el PADRE dijo de JESÚS:
Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia;
a él oíd.
(Mateo 17:5)
¿Puede decir DIOS  lo mismo de ti, y llamarte por tu nombre? ¿se deleita Dios de tu vida actual?
No te debe de importar la opinión de la gente, sino lo que Dios opine de ti en base a obedecer a Dios, aunque los demás te critiquen y te señalen con el dedo por tu lealtad y santidad a Dios.
Si estás buscando ser y hacer en DIOS, empieza por ser su buen hijo, en quien DIOS se complace de ti, empieza por lo que debes terminar y ser siempre: Su verdadero adorador dando testimonio con HECHOS, permanece en Su presencia, llénate de ÉL, permanece apartado para ÉL y sal fuera (dando testimonio de quién vive dentro de ti), ¡SIN hipocresías!
 
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¿MEJORARÁN LAS COSAS EN ESTE MUNDO?
“Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! ¡que sabéis distinguir el aspecto del cielo mas las señales de los tiempos no podéis! (Mateo 16: 1-3)
 
INTRODUCCIÓN
Antes de entrar de pleno en la cuestión de los últimos días, en los que ya estamos, entendamos primero como ha sido y es el orden de Dios desde los inicios.



Así como la naturaleza nos da señal de lo que va a ocurrir en términos naturales, el Señor a lo largo de la historia de la humanidad, y muy específicamente en relación a Su pueblo, siempre ha dado a conocer lo que ha esperado de ésta.

El Señor Jesús hubiera esperado de los dirigentes religiosos de su época que hubieran captado que Él, el Mesías de Israel estaba en medio de ellos. No obstante, lejos de eso, los fariseos y saduceos, no sólo no lo intuían, sino que descaradamente le pedían de continuo señales asombrosas para tentarle.

Podían discernir en cuanto a lo natural, pero siendo supuestos hombres de Dios, no podían distinguir los tiempos en términos espirituales; las sazones u oportunidades que Dios ha ido concediendo, en ese caso, la misma venida del Mesías en medio de ellos.
Esto mismo está pasando hoy en día, cuando el regreso del Señor es inminente.



Por tanto, Dios quiere que seamos conocedores de todo lo que es y ha sido su mover hacia los hombres, a lo cual llamamos dispensaciones, es decir, resoluciones divinas hacia los hombres en cuanto a diferentes tiempos, paralelas a Sus Pactos; todo lo cual está en la Biblia.

En la Biblia encontramos los diferentes Pactos que Dios ha hecho con el hombre, así como sus diferentes dispensaciones.
Por tanto, podríamos encajar toda la historia de la humanidad en diferentes dispensaciones, entendiendo mejor este término en el sentido teológico por:

“Un periodo durante el cual el hombre es puesto a prueba con referencia a cierta revelación específica de la voluntad de Dios” (C.I. Scofield)

El diccionario bíblico define la dispensación o dispensaciones, como:
“El trato ordenado con los hombres por parte de Dios en la variada administración de Sus caminos en distintos tiempos”


Claramente podemos contemplar siete diferentes dispensaciones en las Escrituras. Estas las llamamos: 1. La Inocencia; 2. La Conciencia; 3. El Gobierno Humano; 4. La Promesa; 5. La Ley; 6. La Gracia; 7. El Reino.
Nos vamos a fijar en las dos últimas:

La dispensación de la Gracia:
La Gracia (Juan 1: 17)
La gracia es “la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor para con los hombres...nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho” (Tito 3: 4, 5).

Entendiéndolo de ese modo, la gracia siempre contrasta con la Ley, ya que esta última siempre demanda su cumplimiento, reclamando justicia de parte del hombre, mientras que la gracia otorga la justicia de Dios al pecador.
En la actualidad, estamos en la dispensación de la gracia todavía.

La dispensación del Reino (Efesios 1: 10)
“[El Padre] dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. (Efesios 1: 9, 10).

Cuando termine la dispensación de la gracia, empezará la del reino.
Dios tiene su tiempo:
Como dijimos, Dios es un Dios de tiempos y de sazones, los cuales tiene en su sola potestad (Hchs. 1: 6). Ha ordenado todas las cosas para que todas tengan su cabal cumplimiento en su tiempo. Ese tiempo no es el tiempo del hombre.
Por el cumplimiento de la profecía bíblica, sabemos que estamos al final de la dispensación de la gracia.
Veamos dos aspectos que implican nuestra cotidianidad al respecto:

LA IGLESIA
EL AUMENTO DE LA MALDAD

Empecemos:
 
I) LA IGLESIA
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4).

Más que nunca antes en la historia de la Iglesia, las ganas de oír cuentos y fábulas, y el aumento de los fabulistas que ocupan grandes púlpitos, es demencial.

“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición…” (2 Tesalonicenses 2: 1-3).

Esa apostasía profetizada es una realidad hoy en día, y es preludio del levantamiento del Anticristo, lo que nos lleva a entender que el Arrebatamiento de la Iglesia está a las puertas.
Atendiendo a la Palabra más que nunca antes.
“Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” (Hechos 20: 26-31)

·         Más nunca antes es preciso enseñar todo el consejo de Dios desde el púlpito.
·         Más que nunca antes hay que ver como andamos ante Dios.
·         Más que nunca antes es preciso cuidar de la verdadera grey.
·         Más que nunca antes la infiltración en las iglesias evangélicas es un hecho.
·         Más que nunca antes la herejía y los herejes vestidos de piel de cordero (G12, D12, Nueva Reforma Apostólica, Dominionismo, Movimiento Emergente, etc. etc.) buscan el arrastrar a los fieles hacia la apostasía.
·         Más que nunca antes es menester VELAR.
 
El ataque desde el Vaticano, por activa y por pasiva
A poco menos de un mes de que Bergoglio haya sido hecho jefe vaticanista, el cardenal emérito de Washington, Theodore McCarrick, cree que el sumo pontífice puede "cambiar de arriba abajo" la región latinoamericana con “su nuevo mensaje”. En cuanto a los viajes que “Francisco” tiene previstos hacer, a Brasil, en julio, y a Argentina y Chile, en septiembre, ha dejado claro, que FRENAR EL AVANCE DE LA IGLESIA EVANGÉLICA deberá ser una prioridad.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/08/actualidad/1365440704_778230.html



Lo antiguo: lo malo/Lo nuevo: lo bueno
“…sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16: 18).
El propósito de Satanás es el de destruir la Iglesia, y lo intentará hasta el final. El engaño a la Iglesia ya no es desde afuera sólo, sino desde adentro.

Infiltración
La ocultista Alice Bailey (mística profeta del ocultismo, y madre del Movimiento de la Nueva Era), reveló un ingenioso plan en su libro “La Exteriorización de la Jerarquía” (1957) por el cual agentes de la Cábala se iban a infiltrar en la Iglesia Cristiana para modificar su mensaje, transformándolo en un instrumento para la Religión Universal del siglo XXI.

Alice Bailey declaró en su libro al respecto: "Surgirá la Iglesia Universal, y sus contornos definidos van a mostrarse hacia el final de este siglo... la iglesia cristiana en sus muchas ramas puede servir como núcleo a través del cual la iluminación del mundo se puede lograr... la iglesia como un factor de enseñanza debe tener las grandes doctrinas (rompiendo las viejas formas en las que se expresa)" (Alice Bailey, La Exteriorización de la Jerarquía, 1957, Lucis Publishing.)
Usando la iglesia visible para difundir la enseñanza y espíritu luciferino. Esa es la intención.
Alice Bailey rechazó el Cristo de la Escritura para abrazar un cristo diferente debido a su aceptación de un sistema de creencias ocultas. La mayoría de las personas no se dan cuenta de cuán importante ella fue para la conformación de la nueva religión mundial que vemos hoy en día surgir.
 
Benjamin Crème el portavoz del cristo de la Era de Acuario, declaró:
"Los trabajadores en el ámbito de la religión formularán la plataforma universal de la nueva religión mundial. Es una obra de síntesis viva y hará hincapié en la unidad y la comunión del espíritu" (“Reaparición del Cristo” pp. 168-159).

Esos “trabajadores del ámbito de la religión” en cuanto lo evangélico se trata, son infiltrados, falsos maestros, falsos profetas, falsos pastores, falsos apóstoles.
De ahí todo este énfasis en el mundo neopentecostal sobre el gran avivamiento mundial, la tremenda reforma mundial, la conquista de las naciones, etc.
Pero eso está muy bien planeado, y es parte del gran engaño hacia la Iglesia.
 
Como escribe el nueva-erista Brad Steiger:
"Casi todos los observadores de la escena espiritual contemporánea parecen estar de acuerdo en que hay una especie de nuevo Pentecostés ocurriendo en este momento, algún tipo de proceso de despertar espiritual en marcha" (Brad Steiger, “Dioses de Acuario (Nueva York, 1976), p. 222)
Usando términos de la Kabala (ocultismo) escribe el falso apóstol Rony Chaves: “El Año 5773 (el 2013), está totalmente relacionado al número 73 y con este a las letras hebreas correspondientes a esos números, estas son AYIN GIMEL, cuyo significado profético está directamente relacionado con el: CAMELLO y el TRIÁNGULO”

El falso profeta y maestro César Castellanos en ese sentido escribe en su libro “Liderazgo de éxito a través de los 12” pág. 389:
“Este presente de inquietud y preocupación, hace que el hombre vislumbre el futuro de manera desesperanzada, sin embargo, estamos a tiempo de plantear la respuesta de aliento a todos aquellos que dudan de un mañana mejor.

De acorde a las enseñanzas del movimiento de la Nueva Era, para que se pueda entrar en el “nuevo paradigma”, se debe abandonar el “viejo paradigma”.
Lo antiguo quedó ya obsoleto, y es preciso un “cambio de paradigma” – dicen – y en ese sentido así se expresa César Castellanos, líder del G12:
“Dios anhela establecer una revolución espiritual en su Iglesia, y cambiar la vieja mentalidad que afecta al cuerpo de Cristo…si quieren que haya multiplicación, no pueden seguir en el viejo paradigma” (César Castellanos; Liderazgo de éxito a través de los doce, pág. 394; Primera Palabra).

Esto implica un cambio, no sólo en la forma, sino en el fondo de hacer iglesia. Cambios de orden doctrinal y otros, son los que proponen. Nada tiene que ver una iglesia del G12 con una iglesia verdaderamente cristiana evangélica.
Todo ello obedece a ese proceso de transformación por la infiltración, enseñada y anunciada por Alice Bailey y Benjamin Creme.
El proceso de infiltración en la iglesia evangélica, ha sido una constante a lo largo de los años.
“Castellanos y Cash Luna, son dos de los promotores principales del fatídico G12”
El falso mover apostólico y profético (Nueva Reforma Apostólica).
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11: 13-15).

Hoy en día, muchos exhiben sus propias credenciales de “apóstol” "profeta" y "ministro de Dios" o "pastor", como si de un oficio, de un cargo, o de un título se tratara.

Se llaman a sí mismos: “apóstol fulano de tal”; se presentan a los demás de esa manera, lo llevan impreso en sus tarjetas de visita, y hasta en sus rostros. Lo mismo ocurre, con mayor o menor incidencia, con los llamados profetas y profetisas y pastores.
Se ha convertido en una fiebre últimamente. Algunos de los que antes eran “simples” y sencillos pastores de congregación, ahora han “ascendido” de posición y categoría, y son apóstoles.

El G12 de Castellanos, Luna, etc.
Otra de esas estrategias de infiltración, son los falsos “modelos”, y uno de ellos es sin duda alguna el G12 en cualquiera de sus versiones:
·         G12, de César Castellanos.
·         D-12 de Cash Luna; llamado “Modelo de Jesús”
·         Con otros nombres, pero que es la misma porquería (E12, M12, etc).

Prestemos atención
+ El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que nosotros los cristianos pongamos a Sus enemigos por estrados de Sus pies (S. 110: 1; 1 Co. 15: 24, 25; Hchs. 2: 34), eso lo hace el Padre.
+ El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que nosotros los cristianos tomemos el control del poder de las naciones, sus gobiernos, y sus riquezas, eso lo hará el Hijo en Su venida gloriosa (Dn. 2: 44, 45; Zac. 14; Ap. 19: 11ss, etc).
+ El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que nosotros los cristianos triunfemos sobre la tierra, conquistemos y discipulemos las naciones, y seamos pastores de multitudes, porque todo eso no nos lo ha mandado.
+ El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que nosotros los cristianos establezcamos el Reino de Dios, eso lo va a hacer el Hijo en Su venida gloriosa. (El Milenio).
+ El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que se produzca el Gran Avivamiento de las Naciones. Ese avivamiento no es para esta dispensación, sino que será en el Milenio (Hab. 2: 14; Is. 11: 9 ver contexto). Otra vez, a partir de que Jesucristo regrese en gloria.

Conclusión: No van a ser mejores ni más “gloriosos” los días que están por venir en relación a lo que comúnmente entendemos como iglesia visible.
II) EL AUMENTO DE LA MALDAD
“Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores. Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24: 7-12).

La maldad se está multiplicando en todas las esferas, y el amor se está enfriando.
Los días de Noé:
“Mas como en los días como los de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24: 37).
El Señor Jesucristo no nos dijo el día en que iba a volver (Mt. 24: 36), pero nos dio, entre otras, una pista: Su venida gloriosa sería como en los días que fueron como los de Noé.

Lo primero que podemos destacar de esos días aludidos, es que en absoluto fueron días de triunfo y conquista. En absoluto fueron días de establecimiento del Orden Divino sobre la tierra conforme a pureza, santidad y temor de Dios, sino, de forma radical, todo lo contrario:

Los días de Noé: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha sobre la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6: 5).

Al estudiar los días que fueron los de Noé y los de Lot, nos va a ayudar a entender varias cosas. Una de ellas es acerca de los tiempos actuales, otra, la tremenda similitud de aquellos días con estos de ahora.

Los días de Noé: El materialismo y ateísmo práctico, como fundamento y base para la maldad.
La gente antediluviana era materialista, ocupada de las cosas temporales, viviendo como si no hubiera Dios en el Cielo ni en la Tierra. Vivían ausentes de Dios. Eran, por tanto, impíos.
A pesar de la tremenda violencia y maldad que caracterizaba aquellos días de Noé, el Señor Jesús no enfatiza ese hecho, sino que más bien va a la raíz del asunto: a la preocupación enfermiza de las personas de aquel tiempo por las cosas mundanas de la vida diaria. El Señor lo expuso del siguiente modo:

“Porque en los días antes del diluvio, estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento” (Mateo 24: 38).
Vemos que la expresión de perversión y maldad en general, son fruto y consecuencia de un dar la espalda a Dios, y vivir conforme al sentido de la libertad en auto suficiencia, que no es otra cosa sino libertinaje, y por tanto, rebelión contra Dios.

Los días de Noé: Rechazo de la Palabra de Dios.
A pesar de las advertencias de Noé, pregonero de justicia (2 Pr. 2: 5), las personas no escucharon, sino que se mantuvieron indiferentes, y aún burlándose. Estaban seguros en sí mismos, prescindiendo de lo que Dios tuviera que decir; en este caso, que Su juicio iba a ser inminente, cosa que jamás creyeron.
Jamás tomaron en serio a Dios, menos todavía a su portavoz, Noé. Noé fue en este sentido un tipo de iglesia fiel, que predica la Palabra de Dios. Tristemente, no sólo los actuales impíos actúan de forma similar a los hombres del mundo antiguo, sino que muchos creyentes, a modo de la mujer de Lot, tampoco, viviendo en su cotidianidad secularizada, como si nunca fuera a volver el Señor a por los Suyos. Muchos de seguir así, no estarán listos para cuando Él regrese.

El tiempo previo a los días de Noé:
La acción de los juicios de Dios, siempre llega cuando la maldad sube a su máxima expresión sobre la tierra. Fue así con Sodoma y Gomorra (Gn. 19), fue así en relación con los amorreos, habitantes de Canaán (Gn. 15: 16); fue de igual modo con la humanidad antediluviana, y será así, sin lugar a dudas, con la humanidad actual. Esto constituirá el fin del tiempo de los gentiles (ver Lc. 21: 24; Hchs. 15: 7; Ro. 11: 25, Ap. 6-19; etc).

Por ello, nos será muy útil entender cuáles fueron los días previos al colmo de la maldad que hizo que Dios tuviera que exterminar aquella creación, excepto ocho personas y muchos animales.

a. Caín, y los hijos de Caín:
Después de la caída de Adán y Eva, el relato del Génesis nos habla con cierto detalle de un personaje, el primogénito de esos dos primeros seres humanos, y fruto directo de su rebelión: Caín. Caín, asesino de su hermano Abel, fue el prototipo de la maldad en el hombre desde el principio. Tanto es así, que se podría hablar del espíritu de Caín cuando nos referimos a la maldad humana. Era tan malévolo ese hombre, que los demonios tomaron un tremendo lugar en él y también en su descendencia.

Impiedad y apostasía de Caín
Una vez, Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová (Gn. 4: 3). Esa ofrenda no iba a ser acepta por Dios porque provenía de una tierra corrompida, maldita por causa del pecado (Gn. 3: 17), y todo lo que Caín quiso ofrecer a Dios era fruto de maldición, porque su corazón iba a la par con ella. Todo ello representaba su pertenencia a un mundo bajo condenación.
Sin embargo, Abel dio una ofrenda a Dios que sí aceptó con agrado. La sangre de lo mejor y más estimado de los primogénitos de sus ovejas, representaba el póstumo sacrificio del Cordero de Dios; el Hijo de Dios, el primogénito de toda creación (Col. 1: 15), como ofrenda por la redención de la humanidad.

Cuando Caín vio que no consiguió agradar a Dios (aunque no buscaba hacerlo), buscó el agradar a su dios, al maligno, al cual a sabiendas o no, servía. Sin lugar a dudas, Caín fue el primer satanista de la historia de la humanidad. Caín entregó a su hermano a la muerte, muerte de la cual Satanás iba a tener por aquel entonces el imperio (ver He. 2: 14b). La sangre del justo Abel que derramó, fue ofrenda al diablo (véase bien Gn. 4: 11). Toda sangre injustamente derramada por el hombre, es ofrenda y poder para el maligno, porque en la sangre está la vida - el alma (Lv. 17: 11).

Por aquel entonces, el diablo estaba “tomando” su lugar en este mundo (1 Jn. 5: 19b). Por ello, a la par de su devenir inicuo, Caín encabezó lo que podríamos denominar el avance tecnológico y cultural de aquellos primeros tiempos. Muchos de esos logros fueron por inspiración y dirección satánicas.

El inicio de los viajes
En Génesis 4:16, vemos acerca del inicio de los viajes. Caín sale de la presencia de Jehová, y por su cuenta y riesgo – principio de la auto suficiencia y rebelión - fue a habitar a otro lugar, a tierra de Nod, (la tierra del errante Caín).
Así fue en el principio, y así sería en el final de los tiempos, es decir, en estos días. El ángel le dice a Daniel que en el tiempo del fin muchos irían de aquí para allá (Dn. 12: 4b). Nunca antes se ha viajado tanto en este planeta como en estos tiempos.

Surgimiento de las ciudades
En Génesis 4: 17, vemos acerca del surgimiento de las ciudades. Esa es la primera referencia en cuanto a la formación de las ciudades. A partir de ese momento, la saga de Caín empieza a formarse y a establecerse por esa tierra bajo maldición, por la que había ido errante.

Ganadería industrial; industria metalúrgica; industria musical
En Génesis 4: 20-22, vemos acerca del surgimiento de la ganadería industrial, la industria metalúrgica, y el surgimiento de los instrumentos musicales.
Siempre que la humanidad ha experimentado un progreso significativo en cuanto a lo material y al bienestar, no ha ido excluido esto de apostasía y surgimiento de la maldad.

Caín y su descendencia reemplazaron a Dios por el materialismo. Todas estas cosas que conformarían el mundo y sus deseos (1 Jn. 2: 15-17); cosas no en sí malas, pero provenientes del espíritu de Caín, llegarían a ser lo más importante en los días de Noé, exactamente como lo son hoy en día.
Es de todos sabido, que cuando servimos a lo material, ya no servimos al Dios que lo creó, venimos entonces a ser adoradores de Mamón (dios del dinero) y sus anexos.
Esa dependencia de lo material, devenga en un ateísmo práctico el cual proveniente del espíritu de Caín, fue en los días de Noé, así como lo es hoy en este mundo que cada vez más le da la espalda a Dios.

Adulterio y violencia
Sumándose al amor por lo material, en los días de Caín surgieron la poligamia yde nuevo la violencia (Gn. 4: 19, 23, 24). Esto llegó magnificado hasta los días de Noé... ¿y no les suena familiar hoy en día?



La violencia de todo tipo es moneda de cambio cada minuto de cada día en cualquier lugar del planeta. Y si hablamos de poligamia, también; ¿De cuántos adulterios podríamos hablar, incluso entre aquellos que se llaman cristianos?

Así pues, vemos una conexión entre la maldad y el progreso en lo material. El progreso no es malo en sí, pero siempre ha ido acompañado de la iniquidad desde Caín. De nuevo vemos en el libro de Daniel, que el ángel le informa al profeta acerca de la ciencia que iba a aumentarse en el tiempo del fin (Dn. 12: 4), y díganme, ¿no son estos, y sin precedentes, los días del aumento de la ciencia y del conocimiento?

b. Set, y los hijos de Set:
La Biblia nos dice que en aquellos días de expansión del espíritu de Caín, Adán y Eva tuvieron a Set. Pasaron muchos años (Gn. 5: 3) desde el principio, y Dios en su misericordia, les concedió un sustituto de Abel, porque eso es lo que Set significa. Si Abel hubiera representado a la humanidad temerosa de Dios, Set proseguiría en esa misma línea.
Leemos que en cuanto a la descendencia de Set, “los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová” (Gn. 4: 26). De esa genealogía, con los años, nacería Noé. De hecho, para los días de Noé, sólo él representaría a Set y su búsqueda de Dios.
Sólo un hombre, Noé, no era suficiente para aplacar la justa indignación y juicio de Dios. Inexorablemente, la destrucción vendría sobre toda la faz de toda la tierra.
III) La maldad de los hombres en los días de Noé y de hoy
Ya en el tiempo de Jared, padre de Enoc, padre de Matusalén, abuelo de Noé (Gn. 5: 16-21), “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y todo designio de los pensamientos del corazón era de continuo el mal” (Gn. 6: 5). Conforme a Génesis 6: 1. esto ocurrió coincidiendo con la multiplicación de los hombres sobre la faz de la tierra.

De igual manera, en estos días nuestros, la maldad ha proliferado sin freno desde el momento en que, a raíz de la revolución industrial de finales del siglo XIX y el consiguiente culto a lo material, la población mundial fue aumentando vertiginosamente llegando a los más de 6 mil millones y medio actuales, cantidad inconcebible hace sólo 70 años atrás.
Insisto. Ha sido y es el culto a lo material, a lo creado. Se ha ido sustituyendo el culto a Dios, por el culto a la criatura. La maldad subsiguiente es obvia, como subproducto de la adoración a las cosas antes que al Creador. En Romanos leemos toda una lista de esa malignidad: deshonra de los cuerpos; pasiones vergonzosas, lesbianismo, homosexualidad, lascivia encendida hombres con hombres y mujeres con mujeres; atestados de injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, envidia, homicidio (aborto), engaños, soberbia (orgullo), deslealtad, drogadicción, etc; etc. (Ro. 1: 26-31).
Sin lugar a ninguna duda, los mismos días de Noé, son los días de hoy, no obstante, aun y viviendo en los días como los de Noé, una inmensa cantidad de personas ni siquiera se da cuenta de la realidad.
IV) Los días como los de Lot
“Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban, mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste” (Lucas 17: 28-30).

Como vemos, el Señor Jesús también comparó los días de Su regreso a los días como los que vivió Lot.
Como comparó el día de Su venida con los días de Noé, esta vez tampoco el Señor en primera instancia nos habla de “grandes” pecados. Si nos damos cuenta, según la norma del hombre natural, llevaban sus vidas. Por ello, era una cotidianidad totalmente ausente del temor de Dios, materialista a ultranza, como la de hoy en día.

Como dice MacArthur: “Ninguna de las cosas citadas por Jesús en relación con los días de Noé o de Lot era pecaminosa en sí misma, pero las personas estaban tan absorbidas en las cosas de esta vida, que no estaban preparadas en lo más mínimo para la llegada inminente del juicio”

En Ezequiel, leemos al respecto de Sodoma y las demás ciudades destruidas por el juicio de Dios:
“He aquí que esta fue la maldad de Sodoma: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas...” (Ezequiel 16: 49).
Esto mismo es lo que está ocurriendo en esta sociedad materialista actual: saciedad de lo necesario, y saciedad de lo innecesario.
A esto hay que añadir las diferentes abominaciones que caracterizaron a Sodoma (de donde viene la palabra sodomita, es decir, homosexual). Seguimos leyendo en Ezequiel:

“Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de Mí, y cuando lo vi, las quité” (Ez. 16: 50).

Fueron quitadas de la vista de Dios, porque fueron destruidas por fuego y azufre. Esas ciudades de los días de Lot se llenaron de orgullo – llegaron a creer que podían subsistir por sí mismas sin necesidad de Dios, como ocurre hoy en día – e hicieron todo tipo de abominación, exactamente como ocurre hoy en día.
La abominación de nuestro tiempo es como la de los días de Lot. Sólo de un poco a esta parte, los “matrimonios” entre personas del mismo sexo, y hasta la adopción de niños por parte de ellas son una lamentable y abominable realidad. Lo sintomático de esto, es que relativamente no ha habido protestas masivas. Se ha creído el engaño de que hay que aplicar el principio de la tolerancia aquí, pero en realidad han aprendido a llamar a lo bueno malo y a lo malo bueno.

Ni digamos ya del aborto, que es asesinato, de la pederastia, de la violencia de género, del terrorismo de diferente signo, y de un sinfín de malignidades que existieron en los días de Noé y de Lot, aunque sin lugar a dudas, la peor de todas, es la de rechazar al Salvador, cumpliéndose así la palabra: “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto...?” (Hebreos 10: 29). Curiosamente, esta es una abominación en la que no participó la gente de Sodoma y Gomorra (ver Mt. 10: 15).

Cuando un individuo o sociedad se entregan por completo al hedonismo (búsqueda del placer por el placer), y a la libertad individual mal entendida, y eso siempre puede ocurrir cuando hay saciedad de pan, y abundancia de ociosidad, la consecuencia siempre es soberbia, abominación y todo tipo de perversión. Ese fue el fruto de Sodoma y Gomorra, y lo es el de esta sociedad global.
Jesús lanzó al aire una pregunta: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lc. 18: , y la respuesta la encontramos en Mt. 24: 37 y en Lc. 17: 26; 28-30: Los días como los de Noé y como los de Lot.

Los días como los de Noé y como los de Lot en los que el Señor volverá, no son días de fe en la tierra, avivamiento y gloria, sino de mucha maldad y apostasía.

El mundo va de mal a peor, pero es por el pecado
Claro que el mundo está mal, pero es a causa del pecado, a causa de la transgresión y de la terrible iniquidad que existe hoy en día (Mt. 24: 12), y eso no cambiará por “arte de magia”, o por llegar a tal o cual fecha, o por estar en un punto u otro de la galaxia, o por dejar ciertos patrones de tradición, sino ¡por recibir a Cristo! Y por apartarse del pecado.

“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3: 13).

Que los impíos no entiendan, es normal:
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4: 3, 4).
Concluyendo
En lo natural, las cosas no irán a mejor en este mundo, el cual está destinado al juicio ineludible de Dios, como lo estuvo el mundo de Noé, el cual fue enteramente destruido por agua.

Este mundo adversario de Dios, no tiene ninguna esperanza, ya que Dios se ha propuesto destruirlo cuando la maldad del mismo llegue a su colmo, tal y como ocurrió en su día con el habitante de Canaán (el amorreo), y con Sodoma y Gomorra.
Ante todas estas cosas que están por venir a este mundo, la verdadera Iglesia que todavía está en él, pero que no es parte de él, debe más que nunca buscar su diaria santificación en Cristo, obrando para Él, y velando para el Arrebatamiento, porque no sabemos el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir (Mt. 25: 13), aunque de seguro, ese día está al caer, porque nosotros no estamos en tinieblas para que aquel día nos sorprenda como a ladrón (1 Ts. 5: 4).
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Un desafío a prepararse para su cercano regreso
La Biblia enseña claramente que la sociedad se degenerará en los tiempos del fin, llegando a ser tan mala como lo fue en los días de Noé (Mateo 24:37-39). El apóstol Pablo, hablando como un profeta, dice que la sociedad descenderá a un hoyo negro de inmoralidad, violencia y paganismo (2 Timoteo 3:1-5). Afirma que los hombres serán “amadores de sí mismos, amadores del dinero y amadores del placer”. Las personas serán “vanagloriosas, arrogantes e impías” y los hijos serán “desobedientes a los padres”. Suena como al noticiero de la noche, ¿no es así? En resumen, hemos llegado hasta ese punto.
Señales de Persecución Venidera
Deberíamos estar profundamente preocupados acerca de estos acontecimientos, no sólo porque estamos siendo testigos de la destrucción de nuestra amada América, sino porque Jesús y Pablo profetizaron que cuando estas cosas ocurriesen, la Iglesia llegará a estar bajo ataque y los cristianos individuales serán perseguidos.
Jesús dijo que mientras la maldad aumenta, “el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). Declaro que en esta atmósfera hostil, muchos cristianos profesantes “apostatarán” y procederán a cooperar en la persecución de sus antiguos hermanos y hermanas en Cristo (Mateo 24:10). Pablo indica la misma cosa cuando dice que las personas serán “aborrecedores de lo bueno” y que serán, por lo tanto, “brutales” e “implacables”, ultrajando a aquellos que defienden la justicia (2 Timoteo. 3:2-4).
 
Estamos viendo que hoy estas profecías se están haciendo realidad ante nuestros propios ojos, alrededor del mundo. Mientras nuestra cultura se ha secularizado y paganizado, el Cristianismo, la Iglesia y los cristianos han llegado a estar bajo ataque creciente como “fanáticos intolerantes”. Los ataques se van a intensificar, y va a ser cada vez más difícil para los cristianos defender la justicia. Se perderán puestos de trabajo. Las carreras profesionales serán destruidas. Los cristianos incluso serán enviados a prisión por hablar en contra de males como la homosexualidad, porque tales pronunciamientos serán etiquetados como “crímenes de odio”. ¿Qué vamos a hacer entonces aquellos de nosotros que amamos a Jesús mientras enfrentamos una creciente ola de ridículo, hostigamiento y persecución por nuestra fe? ¿Cómo debemos vivir para Cristo en los tiempos del fin? Permítame sugerir algunas pautas.
1. Ordene sus prioridades
El punto de partida es revisar sus prioridades y asegurarse de que Dios es la primera en su vida. Sea honesto consigo mismo. No juegue. No se engañe a sí mismo. La mayoría de los cristianos han permitido que sus prioridades se mezclen mucho. Por lo general, el trabajo o la carrera son la número uno, la familia es la segunda y Dios es la tercera o incluso la cuarta, detrás de una obsesión con deportes o algo similar. Hágase esta pregunta: Si Dios fuera a darle una oportunidad para hacerle una petición, ¿cuál sería? ¿Le pediría dinero? ¿Poder? ¿Fama? ¿Éxito? Salomón pidió sabiduría, pero David pidió algo diez mil veces más profundo – el pidió intimidad con Dios (Salmos 27:4). Y, debido a que puso a Dios en primer lugar, él declara en Salmo 27 que no temía a la vida (verso 1) o a la muerte (verso 13). Ésa es también la razón por la cual es recordado como el “varón conforme al corazón de Dios” (Hechos 13:22).
 
2. Permanezca en la Palabra
La Biblia dice que los tiempos del fin serán una era de engaño (Mateo 24:24; 1. Timoteo 4:1; 2. Timoteo 4:3-4). En cumplimiento de esa profecía, hoy estamos siendo bombardeados con falsos pero seductores sistemas religiosos ofrecidos por los mismos cultos cristianos, religiones 0rientales y el Movimiento de la Nueva Era.
La mayoría de los cristianos profesantes son presa fácil para el engaño espiritual debido a que el cristiano promedio no está seguro de lo que cree. E incluso cuando es capaz de articular una creencia, normalmente no sabe por qué la cree. El resultado es que un Testigo de Jehová puede convertir a un cristiano promedio en dos minutos.

Cualquiera puede ser engañado. Si va a protegerse a sí mismo contra el engaño, debe penetrar profundamente en la Palabra de Dios  y permanecer en ella diariamente. Además, debe probar todo por la Palabra (1 Juan 4:1). Para los católicos, esto significa descartar doctrinas como el purgatorio y limbo, que no tienen ningún fundamento en absoluto en la Palabra. Para los protestantes, significa estar alertas a la torcedura de las Escrituras o a la manipulación de versículos fuera de su contexto. En cada doctrina, la Biblia necesita ser investigada desde Génesis hasta Apocalipsis, para ver lo que se dice sobre el tema en particular.
 
3. Crea en el Poder de Dios
Estoy convencido que la mayoría de los cristianos profesantes son deístas. Un deísta es una persona que cree en un dios impersonal que nunca interviene en los asuntos humanos. Según el Deísmo, se supone que debemos hacer frente con nuestra razón dada por dios, nuestros talentos y la sabiduría de las Escrituras. En cuanto al deísta se refiere, al final del Siglo I, Dios se retiró, lo sobrenatural cesó y la edad de los milagros llegó a su fin. Pero las Escrituras hebreas enseñan que Dios nunca cambia (Malaquías 3:6). Y el Nuevo Testamento declara específicamente que “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). No hay forma que podamos afrontar el mal de la sociedad de los tiempos del fin con nuestra propia fuerza. Cualquiera que intente hacerlo será derrotado. Nuestra única esperanza es acudir a Dios quien está sano y salvo, quien aún está en el Trono, quien oye y responde las oraciones y quien aún realiza milagros.
Debemos darnos cuenta que la Biblia enseña que podemos limitar a Dios por nuestra incredulidad. Esto es una gran paradoja. Piense en ello – a pesar de que Dios es todopoderoso (Lucas 1:37), nosotros que somos impotentes en comparación podemos, no obstante, limitar Su poder por nuestra incredulidad (Marcos 6:1-6). Eso es debido a que Dios es un caballero. El no se impone a Sí mismo sobre nosotros. Si queremos intentar hacer frente por nuestra cuenta, El nos dejará. El responde cuando nos acercamos a Él en fe (Santiago 1:6).
4. Persista en la Oración
Una de las mayores bendiciones que Dios les ha dado a los creyentes es la comunicación sobrenatural. Dios nos cuida personalmente (1 Pedro 5:7), y desea comunicarse con nosotros (Santiago. 4:8). Debido a que nos ama, Él desea fervientemente nuestra compañía (Juan 4:23). La tragedia es que la mayoría de los cristianos profesantes parecen estar inclinados a acudir a la oración como un último recurso – sólo cuando todo lo demás ha fallado y la situación se ha vuelto desesperada. Algo de esta renuencia a buscar a Dios en oración es debido al orgullo, y por eso, las Escrituras nos exhortan continuamente a humillarnos a nosotros mismos (1 Pedro 5:6). Otros fallan en depender de la oración debido a la incredulidad. Piensan que a Dios no le importa o sino piensan que ya no está activo en la historia.
Pero la Biblia dice que “no tenemos porque no pedimos” (Santiago 4:2). ¿Cuántas bendiciones de Dios ha dejado en la mesa debido a que intentó manejar sus problemas usted mismo? La Biblia también dice que “las oraciones del justo pueden mucho” (Santiago 5:16). ¿Interpreta que esto significa que el poder de sus oraciones depende de su rectitud? Eso no es lo que significa. Si usted es realmente un nacido de nuevo, entonces es una persona justa porque usted está vestida con la justicia de Jesús (Isaías 61:10).
 
5. Dependa del Espíritu Santo
La mayoría de los cristianos profesantes parecen tener miedo del Espíritu Santo. Esto es debido usualmente a la falta de conocimiento con respecto al Espíritu. Por ejemplo, hay una tendencia a desestimar al Espíritu Santo como alguna clase de fuerza impersonal – como “La Fuerza” en Las Guerras de las Galaxias.

Necesitamos entender que el Espíritu Santo es una Persona. Él es la presencia sobrenatural de Dios en el mundo hoy. El realiza una doble función. Para el incrédulo, Él es el Evangelista de Dios. Él es el que obra en los corazones humanos para atraerlos a la Cruz en arrepentimiento. Nadie es salvado aparte del testimonio del Espíritu (Juan 6:44, 65).
Con respecto al creyente, el Espíritu Santo es la presencia de Dios que mora en nosotros para proporcionarnos poder y orientación. El es nuestro Facultador. Es también el Alfarero de Dios, porque una de sus responsabilidades básicas es moldear cada día a los creyentes más plenamente en la imagen de Jesús (2 Corintios 3:17:18).

Una de las ironías de la vida cristiana es que no podemos servir a Dios con nuestra propia fuerza. Por el contrario, la única forma en la que podemos servir efectivamente al Señor es dependiendo en el poder de Su Espíritu Santo, que reside dentro de nosotros. Es posible apagar y contristar al Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19; Efesios 4:30).

La Palabra nos llama a ser llenos del Espíritu (Efesios 5:18). Esto sólo puede ocurrir si estamos dispuestos a liberar al Espíritu para que se convierta en el Señor de nuestras vidas. La mayoría de nosotros estamos contentos con dejar que el Espíritu sea un residente en nuestras vidas. El no quiere ser simplemente un residente; El quiere ser el Presidente de nuestro corazón.

¿Es ése el caso en su vida? ¿Está el Espíritu Santo en el trono de su corazón? ¿O está siendo tratado como un huésped indeseable? No hay ninguna forma en la que usted será capaz de resistir las presiones de la sociedad de los tiempos del fin sin depender diariamente del poder del Espíritu de Dios.
 6. Practique una Fe Tenaz
La fe viene fácil cuando todo está yendo tranquilamente. Cuando hay buena salud y prosperidad, es fácil alabar al Señor. La prueba de la fe viene cuando todas las circunstancias de la vida se vuelven amargas.
Dios no les ha prometido a los creyentes un jardín de rosas. Vivimos en un mundo caído. La lluvia cae sobre los justos y los injustos. Los malos prosperan. La justicia rara vez prevalece.
Es fácil para los justos desanimarse. Esto requiere la práctica de una fe dura – la clase de fe que no depende de las circunstancias. Es la clase de fe que resiste cuando las cosas se ponen duras debido a una creencia confiable que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28).
Dios nunca promete que los creyentes serán inmunes al sufrimiento. Lo que sí promete es que Él estará ahí para caminar con nosotros a través de las pruebas. Promete estar junto a nosotros cuando “pases por las aguas” y “pases por el fuego” (Isaías 43:2). Y Él declara que estará ahí cuando “ande en valle de sombra de muerte” (Salmos 23:4). ¿Cuál es la calidad de su fe? Cuando la vida se vuelve amarga, ¿se vuelve a Dios o lo cuestiona o aun lo maldice? Una de las claves para mantenerse firme es aprender las promesas de la Palabra de Dios (como Filipenses 4:6-7, 11-13, 19) y empezar a creerlas en oración cuando nos enfrentemos a los desafíos de la vida.
7. Mantenga una Perspectiva Eterna
Tenemos que estar en el mundo, pero no ser del mundo (Juan 17:11, 16). Ése es un principio difícil de seguir, por eso no cualquier cristiano lo hace. Constituye una lucha diaria. Es muy fácil quitar nuestros ojos del Señor y enfocarnos en cambio en el mundo en el que vivimos. Las exigencias diarias son muy apremiantes. Y una de las más grandes de estas exigencias es que nos conformemos al mundo – al lenguaje, a la vestimenta, al entretenimiento y a los valores del mundo.
Es por eso que somos exhortados constantemente en las Escrituras a considerarnos como “peregrinos, apartados y extranjeros”, que sólo estamos atravesando este mundo (Hebreos 11:13 y 1 Pedro 2:11). Se nos dice que debemos “poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:2). Y se nos advierte a no enamorarnos nunca con el mundo o a acomodarnos a él (Romanos 12:2 y 1 Juan 2:15-16). De hecho, Jesús dijo que debemos “aborrecer nuestra vida en este mundo” (Juan. 12:25), y Su hermano, Santiago, dijo, “la amistad con el mundo es enemistad contra Dios” (Santiago 4:4).
¿Qué significa aborrecer al mundo? Significa que debemos aborrecer el maligno sistema mundial que prevalece en la sociedad. Debemos aborrecer un sistema que glorifica la violencia, robo, engaños e inmoralidad y que desprecia el valor de la vida. Tal como C.S. Lewis una vez dijo: “Debemos vivir como comandos detrás de las líneas enemigas, preparando el camino para la venida del Comandante en Jefe”. En otras palabras, debemos vivir añorando el día cuando Jesús irrumpirá desde los cielos para traer la paz, la rectitud y la justicia a la tierra.
8. Aguarde a Jesús
Esto nos lleva a la directriz final que me gustaría enfatizar con respecto a cómo vivir para Jesús en los tiempos del fin. La Biblia nos dice sin rodeos que debemos vivir “aguardando a Jesús” (Tito 2:13). La mayoría de los cristianos están tan atrapados en el mundo, que viven pensando acerca de cualquier cosa, menos en el regreso de Jesús. Ésta es una situación triste porque el regreso de Jesús es nuestra “bienaventurada esperanza” (Tito 2:13). Y Su regreso es inminente.
Otro problema es que la mayoría de los cristianos conocen tan poco acerca de la profecía bíblica que no pueden emocionarse acerca del regreso del Señor. ¿Cómo puede emocionarse acerca de un evento acerca del que no sabe nada? La ignorancia produce apatía. Y la apatía acerca del regreso del Señor tiene consecuencias trágicas. Nos roba una perspectiva eterna y destruye cualquier sentido de urgencia acerca de alcanzar a las almas perdidas. También socava una poderosa motivación para vivir en santidad.

Verá, cuando una persona llega a creer realmente que Jesús va a regresar y que lo puede hacer en cualquier momento, esa persona estará motivada hacia la santidad y el evangelismo. Con respecto a la santidad, el apóstol Juan lo dijo de esta manera: “Sabemos que cuando El se manifieste [el Rapto], seremos semejantes a Él [glorificados]…Y todo aquel que tiene esta esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como Él es puro” (1 Juan 3:2-3). Con respecto al evangelismo, Pedro escribe que la única razón por la que Jesús no ha regresado aún es debido a que “Dios no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
 
Un Espejo Espiritual
Pablo nos proporciona un espejo espiritual para la conducta en los tiempos del fin. Dice que debemos “renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y vivir en este siglo sobria,  justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:12-13)
Cuando usted mira este espejo, ¿qué es lo que ve?
¿Está caminando en el centro de la voluntad de Dios?
¿Ha ordenado sus prioridades para poner a Dios en primer lugar?
¿Está permaneciendo en la Palabra de Dios, probando todo por medio de ella?
¿Cree en un Dios personal, bondadoso y todopoderoso que escucha y responde las oraciones y que aún hace milagros?
¿Está dependiendo diariamente del poder del Espíritu Santo?
¿Está practicando una fe resistente, negándose a permitir que las calamidades de la vida le abrumen?
¿Está manteniendo una perspectiva eterna, negándose a acomodarse a este mundo?
¿Está aguardando a Jesús diariamente?
¿Está el Rapto en su corazón?
¿Está la palabra “Maranatha” en sus labios?
¡Piense y cambie sus actitudes!
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